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Lesiones de Esquí en Niños

A los niños les encanta esquiar. Todos los día, en nuestras estaciones,  vemos niños aprendiendo a esquiar y disfrutando de la nieve. Desgraciadamente son una población con riesgo de presentar lesiones.

El riesgo de lesiones se relaciona con el nivel de esquí. Así, niños principiantes tiene mayor riesgo de lesiones que aquellos con experiencia. Otros factores incluyen la fatiga, las condiciones meteorológicas,  la imprudencia, la velocidad excesiva y el material.

Las lesiones más frecuentes van a ser musculo-esqueléticas como luego veremos, pero las más peligrosas son los traumatismos craneoencefálicos que suponen el 11-20% de las lesiones y son la principal causa ingreso hospitalario. Es necesaria, por tanto, una adecuada protección mediante el uso de casco, y es esencial que ese casco sea de la talla del niño y esté adecuadamente ajustado a su cabeza.

Uno de los problemas principales en los niños es el uso de material demasiado grande, “crecedero”, usar el material heredado de un hermano o primo es frecuente en niños. También lo es el utilizar material viejo y que no ha sido revisado correctamente.

El hecho de que el pie no esté bien sujeto puede comprometer el funcionamiento adecuado de la fijación y el sistema de liberación. Aquellos niños que utilizan material antiguo o defectuoso tiene un riesgo altísimo de presentar fracturas óseas frente a aquellos con material adecuado y en buenas condiciones. Esto también puede ocurrir en caso de no llevar las botas adecuadamente abrochadas, las lesiones de tobillo, fracturas o esguinces, son infrecuentes en adultos pero no son raras en niños.
 
Es esencial, por tanto, que los niños dispongan del mejor material posible y que este esté revisado y adecuadamente ajustado. Los niños tienen el doble de probabilidades de tener una lesión relacionada con material defectuoso que los adultos. Los padres no deberían aceptar que los niños esquíen con material claramente grande. Los alquileres de temporada del equipo pueden ser una buena opción en estos casos.

El patrón de lesiones va a ser diferente en función de la edad del esquiador. En niños más pequeños la incidencia de lesiones es menor que en niños más mayores. Por otra parte el riesgo de fracturas es claramente mayor en niños que en adolescentes o adultos.

Al igual que en los adultos las lesiones de la extremidad inferior son las más frecuentes con un 39-77% de las lesiones en niños y adolescentes. La incidencia de fracturas de tibia en niños es entre 6 y 9 veces más frecuente que en adultos. Estas fracturas de tibia son típicamente espiroideas secundarias a un mecanismo de torsión. Rara vez necesitan tratamiento quirúrgico y pueden tratarse con inmovilización con un yeso, con muy buena evolución y sin secuelas.

A  medida que aumenta la edad aumentan las lesiones de ligamentos de la rodilla, principalmente el Ligamento Colateral Medial y cada vez más frecuentemente el Ligamento Cruzado Anterior (LCA) y disminuye la incidencia de fracturas.
 
En niños ocurre una lesión característica del LCA en la cual el ligamento no se rompe sino que arranca el fragmento de hueso de la tibia donde se inserta. Esta lesión se conoce como “fractura-avulsión de la espina tibial”. En el adulto tenemos que hacer una reconstrucción, hacer un ligamento nuevo, por el contrario en los niños con fractura-avulsión de la espina tibial podemos reinsertar el fragmento en su sitio anatómico mediante técnicas artroscópicas.
 
Las lesiones de columna son infrecuentes en niños, aun así se ha generalizado el uso de protectores de columna en el esquí de competición infantil.

Las lesiones de la extremidad superior son menos frecuentes. Los niños pueden presentar lesiones del ligamento colateral cubital del pulgar o “pulgar del esquiador” que al igual que en el caso del LCA suelen ser lesiones por arrancamiento de la inserción ósea del ligamento y no roturas del propio ligamento. No suelen necesitar cirugía y se tratan con inmovilización con muy buen resultado. También pueden presentar otras lesiones de muñeca típicas de los niños, relacionadas con la inmadurez ósea como fracturas en “rodete” o epifisiolisis de radio distal.

Otro problema importante en niños son las lesiones producidas por el sol. La exposición aguda a las radiaciones ultravioletas pueden dar lugar a una fotoqueratitis, que en dosis suficiente puede producir la “ceguera de nieve”. En los niños parte de la radiación progresa hasta la retina, pudiendo ser la exposición prolongada en etapas tempranas un factor de riesgo para desarrollar futuros problemas de retina como la degeneración macular. Es recomendable en niños el uso de gafas tipo máscara con lentes nivel 3 ò 4, con protección completa del ojo que evite la acción de la radiación difusa por los laterales secundaria al efecto “espejo” de la nieve.

Es evidente y existe una gran concienciación sobre la relación entre la exposición al sol y múltiples cánceres de piel y otras patologías dermatológicas pero no hay que bajar la guardia. Los niños necesitan protección solar por lo menos de factor 50, aplicada 15 minutos antes de esquiar y una nueva aplicación cada 2 horas.

Algunos estudios Noruegos han defendido la menor incidencia de lesiones en esquiadores que reciben clases formales. En los niños, inicio de la práctica del esquí, todavía más si se reciben clases, debería ser aprovechado para asentar unos conceptos básicos de seguridad. Esto debería incluir conocimientos sobre el mecanismo de producción de las lesiones más frecuentes y la manera de evitarlas, el uso de casco, estrategias para evitar colisiones y control de conductas imprudentes que pueden dar lugar a lesiones.

Es mejor que los niños empiecen a esquiar con un profesor y es fundamental el uso de casco bien ajustado, gafas tipo máscara y protección solar. Los niños deben esquiar con material adecuado para su peso, talla y nivel, revisado y en buenas condiciones, las botas deben estar correctamente abrochadas y las fijaciones bien reguladas.

¡No por que sean niños pueden esquiar con cualquier cosa!!